El caso de Ava Majury, una joven de 15 años es un claro ejemplo del peligro que también pueden representar muchas de las redes sociales, y que no siempre la fama es sinónimo de felicidad.
Ava, oriunda de Naples, Florida, en Estados Unidos, comenzó a subir vídeos a TikTok cuando tenía 13 años. En ese momento, compartía clip de ella misma bailando las canciones más populares o subía vídeos en donde sincronizaba sus labios con escenas de películas. Así, en poco tiempo alcanzó más de 1.2 millones de seguidores.
Sin embargo, a mediados del 2020, uno de sus seguidores, Eric Rohan Justin, de 18 años, y a partir de ahí todo cambió.
Eric se puso en contacto con la adolescente, ella le respondió cordialmente como hacía habitualmente con muchos de sus fans. Pero el joven pretendía tener un encuentro cercano con ella. Algo que rechazó.
Lejos de aceptar el no de Ava, el joven se obsesionó mucho más por la chica y empezó a enviarle múltiples mensajes en otras redes sociales como Snapchat e Instagram.
Incluso la joven se enteró que su acosador se había comunicado con algunos de sus amigos y compañeros del colegio y que ellos le vendieron fotos en donde salía la menor, que el acosador llegó a pagar hasta 300 dólares por cada una, e incluso supo en dónde vivía y otra información personal de Ava y su familia.
Ante esto, la tiktoker bloqueó a Justin y les contó todo lo que sucedía a sus padres y fue el hombre, Rob Majury, un teniente retirado de la Polícia, quien decidió ponerle un freno y se comunicó con él para exigirle que dejara de mandarle mensajes, dado que estaba pasando los límites y sobre todo con su hija, que es menor de edad.
Sin embargo, el muchacho también hizo caso omiso del pedido del padre, padre de Ava y les comentó a los compañeros y amigos de la joven, que tenía pensado agredirla físicamente por su rechazo.
Al conocer la amenaza del joven, el padre averiguó en donde vivía el acosador. Y como estaba a cientos de kilómetros de distancia en Ellicott City, Maryland, la familia no creyó que haría ese largo viaje para llevar a cabo sus amenazas. “De alguna manera desacredité lo que podría haber sido una amenaza”, aseguró Rob Majury en declaraciones periodísticas.
Finalmente, Justin apareció en la casa de Ava e intentó irrumpir con una escopeta. Disparó un cartucho a través de entrada principal y el padre al escuchar el disparo, buscó su pistola y salió a enfrentar al agresor. En tanto la madre llamó a la policía y puso a resguardo a sus hijos.
El ex teniente encontró al joven en la parte delantera del jardín de la casa y le ordenó que dejara el arma, pero Justin logró escaparse. Y Justin volvió, esta vez lo apuntaba con la escopeta.
El padre de la chica insistió y le pidió que dejara el arma de fuego, pero no le hizo caso y el ex policía realizó el disparo fatal.
Cuando arribó la policía a la casa encontraron en las pertenencias del muchacho dos celulares que contenían miles de fotos de Ava. A raíz de la ley de autodefensa conocida como "stand your ground" (alto o disparo), el padre de Ava no será llevado a juicio.
Tras el incidente, la familia decidió mudarse. Y si bien en un principio, la menor había tomado la decisión de eliminar todas sus redes sociales, su madre, le dijo que toda esta experiencia podía servir para otros padres a que estén más atentos a todos los peligros que pueden enfrentarse sus hijos.
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