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¿El Mundial es una fiesta? Qatar endurece sus normas sobre el alcohol y las demostraciones de afecto en la vía pública
Si bien Qatar está totalmente integrado a Occidente de manera comercial, en lo cultural se siguen notando enormes diferencias. La próxima Copa del Mundo de Fútbol que se llevará a cabo allí sobre fin de año deberá adaptarse en algunas cuestiones.
Las limitaciones, más que a la FIFA, molestarán a los hinchas que lleguen desde todos los países ya que se refieren al consumo de alcohol y a las “demostraciones de afecto” en público.
A una semana del sorteo del Mundial, el Comité Organizador, la FIFA y el gobierno de Qatar definieron cuestiones centrales de la gran cita futbolera. Casi como equilibristas, los organizadores buscan lograr una armonía entre las tradiciones del país anfitrión y el folklore de los hinchas que llegarán con mucha expectativa y espíritu de celebración, como ocurre en el certamen cada cuatro años.
El tema del alcohol es complejo porque, si bien el país permite a los turistas beber en los bares dentro de los hoteles para occidentales, la verdadera fiesta y el consumo masivo se da en las calles, como se viene viendo en otros torneos. Pero por respeto a las leyes musulmanas, en la península arábiga está terminantemente prohibido tomar alcohol en sitios públicos. En las calles, cualquier persona que lo haga puede ser multada y sancionada.
Tras una reunión entre el presidente del Comité Organizador Nasser Al-Khater y las embajadas acreditadas, se confirmó que FIFA habilitará “corralitos” o Fan Zones, espacios bien delimitados donde los hinchas podrán reunirse a tomar alcohol antes de los partidos. Por ahora no habrá posibilidad de moverse libremente con bebidas alcohólicas y es prácticamente un hecho que no habrá modificaciones sobre esta regla.
Como si eso fuera poco, recordemos que uno de los sponsors de la FIFA es una reconocida marca de cervezas que tiene a Lionel Messi como imagen.
Otra de las cuestiones serán las demostraciones de afecto, aunque a priori serán menos controlables. Sobre todo porque aún no está claro a qué se refiere la cuestionable medida, ya que desde un abrazo fraternal o un beso amistoso en la mejilla hasta un beso en la boca de parejas heterosexuales o gays, son técnicamente demostraciones de afecto.
Por otro lado, también se dispuso que, desde el 1° de noviembre, no se permitirá el turismo de personas que no vayan específicamente a ver el mundial, con alojamiento y entradas ya comprados.
De hecho, para los turistas, el Fan ID será obligatorio. Los hinchas podrán descargarlo en sus teléfonos y funcionará como documento, como pase sanitario y allí estarán cruzados los datos de reservas de hoteles y de compra de entradas. También servirá para moverse gratuitamente en la red de transporte público, incluido el Metro diseñado especialmente para el Mundial y que conecta varios de los estadios.
Según adelantaron fuentes diplomáticas, hay dos grandes temores que la organización quiere evitar: el primero es que haya grandes aglomeraciones no recomendadas desde lo sanitario, pero fundamentalmente para que la capacidad hotelera no se sature. Por otro lado, existe una tradición en los mundiales de personas que asisten a “la fiesta de las calles” y buscan comprar entradas como sea, lo que suele generar mecanismos de reventa que son mal vistos por las autoridades. Se espera que para el Mundial ingresen a Qatar entre 900.000 y 1.200.000 personas.