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Llevó al hermano a jugar al fútbol y murió en medio de una balacera
Rafael Carcerano tenía 24 años y, como hacía a menudo, el martes fue a llevar a su hermano de 7 a jugar al club San Cayetano Sur de calle Demestri al 6000. Lo estaba alentando cuando quedó en medio de una balacera que le quitó la vida.
Jesús, el presidente del club, lo asistió y lograron llevarlo al Heca pero ya era demasiado tarde. Una disputa territorial entre una vecina del club y sujetos que pasaron en un auto color negro causó un daño irreparable en la comunidad.
Rafael era un chico trabajador, compañero de su familia, el mayor de siete hermanos a los que nunca dejaba solos. Su mamá no encuentra consuelo para una pérdida tan absurda.
"Que no haya más Rafaeles aquí ni en ningún barrio" ruega Verónica, con un hilo de voz, quebrada por el llanto. Los disparos que hieren y matan a inocentes no tienen fin en Rosario.