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“Siembra y cosecha”, una conmovedora historia de los chicos en Villa Banana
Chicos con muchas carencias, sin conectividad a internet, tuvieron mucha dificultad para aprender los conocimientos académicos este año. Sin embargo, un grupo de alumnos de Villa Banana contaron con un grupo de voluntarios que los ayudaron a aprender y sobre todo los contuvieron.
Pintan, dibujan, aprenden a leer y fortalecen los vínculos y la conducta; pero por sobre todo reciben amor y contención. La Asociación Civil “Siembra y cosecha” trabaja en pleno corazón de Villa Banana y hace años que enfocan su tarea en el futuro de los más pequeños.
Liliana Sánchez, presidente de la institución, aseguró que “desde el principio de la pandemia se han enfocado en la lectura en la biblioteca, con ludoteca, y se ha contenido a muchas familias”. Además, en este contexto de pandemia, “se olvidaron de lo que era el hábito de la lectura, de lo que es la escolaridad y nosotros estamos ahora estimulándolos, dos veces a la semana se premia a los chicos que han hecho los mejores dibujos, los que aprenden a leer, a escribir, como forma de estimular y fomentar lo que es la lectura y todo lo educativo porque la situación se ha venido muy abajo”, agregó.
Los niños son el futuro y el hambre y violencia los margina. Allí, intentan contenerlos con todo lo que se pueda sumar. Así, la asociación trabaja en conjunto con el programa de fortalecimiento escolar de la UNR. Los 52 chicos que asisten refuerzan la educación desde una perspectiva más contenedora dada la situación de pobreza que los envuelve
De a poco van aprendiendo a escribir y a leer. El espacio donde los niños aprenden está ubicado en Río de Janeiro al 2600. Los docentes y colaboradores trabajan ad honorem con la única retribución que viene de la sonrisa de cada niño que aprende algo.
La importancia que los chicos se entretengan, aprendan y les sea útil, especialmente en una edad en la que “sacándolos” de las calles, se los protege de pandillas y malos ejemplos
Durante el año atravesado por la pandemia los niños de los barrios vulnerables han sufrido serios retrocesos en el proceso educativo. Lo presencial es fundamental en el aprendizaje, el hecho de no haber podido concurrir a la escuela y también todo el protocolo de que no puedan asistir mucha cantidad hace que algunos pierdan esa posibilidad de aprendizaje.
El hambre y la falta de posibilidades es violencia. Este espacio en Villa Banana busca zanjar diferencias y fortalecer los puntos claves de la niñez.