Auriazul y Candelaria, alumnas del mismo jardín víctimas de la violencia armada

“Este año nos tocó vivir dos pérdidas totalmente fuertes. Primero Auriazul y después Candelaria. No hay palabras para describir la tristeza que tenemos nosotros y sus familias”, expresó Ana Paula, docente del jardín de infantes Sapo Pepe, ubicado en Alsina al 3900. Dos alumnas de 6 y 5 años murieron en 2022 como consecuencia de la violencia armada en Rosario.

Candelaria Agostina Enrique celebraba la Navidad en casa de su abuela en Iriondo al 3900 cuando fue alcanzada por una bala perdida que le impactó en el cráneo y le provocó muerte encefálica, a pesar de los esfuerzos de familiares por trasladarla al Sanatorio de la Mujer.

"Nos enteramos de la noticia y no lo podíamos creer. Cande desde chiquita venía al jardín. Ella almorzaba y merendaba con nosotras. Estaba bastantes horas por día. Estamos todos muy tristes. Terminamos las clases el 22 de diciembre. Hicimos entrega de diplomas y carpetas. Y Cande fue abanderada”, recordó la docente del jardín de infantes.

En mayo de este año, Auriazul Ambar Morera fue víctima por error del triple crimen en donde también asesinaron a su padre y madre en un pasillo de barrio Tablada. Sicarios confundieron el objetivo y acribillaron a una familia en Necochea y Chacabuco. Tan sólo sobrevivió una hermanita de la nena.

“Nos invade una profunda tristeza. Los papás de Cande son dos personas excelentes. Buena gente y buena familia. No hay palabras. Lo mínimo que podemos hacer es acompañarlos en el dolor”, concluyó Ana Paula, la docente del jardín Sapo Pepe que sufrió otro golpe al corazón.