Rosario y la región
Boliches piden reabrir para desalentar fiestas clandestinas y controlar a los jóvenes
“Nuestra situación pasó de ser preocupante a desesperante”, lamentó Willy Spagnolo, uno de los referentes del sector de boliches en Rosario, al cumplirse un año desde que el sector permanece cerrado en medio de la pandemia.
“No solamente es desesperante porque se cumplió un año de que estamos cerrados, sino porque no se avizora la reapertura del rubro. Si bien en Capital Federal se puede trabajar con islas de 12 personas, y en Córdoba, Mendoza y Mar del Plata con islas de 6, aquí en la provincia no nos permitieron reabrir tal como se había planteado: con burbujas para que los chicos puedan disfrutar y nosotros trabajar en una pandemia que nos ha devastado”, planteó.
En ese sentido, Spagnolo consideró que lo más peligroso que le puede ocurrir a la juventud es caer en una fiesta clandestina. “No hay ningún tipo de control, no hay protocolos sanitarios ni tampoco de seguridad. Propusimos reabrir para atenuar este tipo de eventos que se producen en Rosario y zonas aledañas. Sin ir más lejos también se producen de día. Los chicos cambiaron la nocturnidad por fiestas al aire libre en zona de islas donde no hay controles”, advirtió.
El empresario de la noche rosarina también se refirió a la implementación del proyecto de Alcohol Cero, que se debate en el Concejo Municipal. “Todos hemos tenido algún amigo, familiar o vecino que murió al volante. En auto, moto o transporte público. Es un tema muy serio y no podemos adelante a nuestros negocios. Yo digo que en los mejores países del mundo no tienen alcohol cero, sino que toman otro tipo de medidas para reducir la mortalidad al volante, que aquí no se están hablando. Creen que alcohol cero es hacer magia. Piensan que van a bajar la mortalidad y no podrán hacerlo como no pudieron hacerlo en Brasil o Rusia”, vaticinó.
Para Spagnolo, “hay que imitar a los países que realmente cuidan a sus habitantes y que cuidan a los automovilistas. Algunos tienen más tolerancia al alcohol como Inglaterra y algunos estados de Estados Unidos que tienen hasta 0,8 de permitido. Yo no quisiera que se politice. Los últimos registros en el país marcan que mueren 5.500 personas por año. La mayoría de los accidentes ocurren a la mañana y pocos conocen las estadísticas. El Estado debe ponerse los pantalones largos y proponer un debate mayor. Acá hay que controlar, castigar e invertir en infraestructura: rutas, autopistas, semaforización, zonas calmas, serruchos, señales… Y sobre todo hacer algo que nunca se hizo en Argentina: educar”.