Dónde jugará los niños. Una plaza se convirtió en una playa estacionamiento

Los autos transitan entre hamacas, sube y baja, y toboganes. No les importa invadir el espacio de los chicos y mucho menos reparan en el riesgo al que los exponen. A ellos, y a sus mascotas.

Se excusan en que es por la inseguridad. Pero también es por comodidad. Cuánto más cerca puedan dejar los vehículos de los Fonavi, mejor.

Y quienes se ponen al frente del reclamo son los niños, que no se resignan a que su plaza, la de Cassiano Casas y Baigorria, se transforme en una playa de estacionamiento.

“Atropellaron a una perra que queremos mucho y perdió un ojo. Por eso pedimos que no pasen por acá, porque nosotros queremos jugar y nos tenemos que correr por los autos y motos que pasan”, comentaron los niños. Y agregaron: “Tenemos que dejar de jugar para que pasen los autos. A él casi lo chocan”.

La situación genera indignación en otro grupo de vecinos, que también sufren la inseguridad, pero que no están dispuestos a que la plaza del barrio sea usurpada por autos y camionetas.

“Los que han venido nuevos son los peores, poco más y meten el auto adentro de la casa”, se lamentó una vecina. Y otra remarcó: “Si ves, se hizo una huella de los autos entre las hamacas”.

Ante las cámaras de Telefe Rosario, algunos se intimidan y pegan la vuelta. A otros ni siquiera les importa quedar escarchados y avanzan igual. Y además se ofenden y se enojan si algún vecino le advierten que está cometiendo una infracción.

Las huellas que tiene la plaza son la prueba fehaciente de que no se trata de excepciones. Es algo recurrente y sistemático. Y son los chicos los que luchan por no naturalizar lo que está mal. Y dan pelea para no perder el territorio que les corresponde.