Rosario y la región
Estafa piramidal en Rosario: cuatro imputados usaron un local de alta costura como fachada
Un caso insólito sacude Rosario: la propietaria de un comercio de vestidos de alta costura y tres cómplices fueron imputados por un esquema de estafa piramidal que afectó a al menos 37 personas. Los imputados ofrecían inversiones con promesas de altos rendimientos que nunca se concretaron.
La fiscal María Teresa Granato imputó a cuatro personas —dos matrimonios— por la estafa reiterada. Los principales acusados son María Alejandra Tedesco (54) y Jaime Mestre (60), propietarios del local de vestidos Alesca, ubicado en Italia al 700. La otra pareja imputada es María Eva Juncos (43) y Rodrigo Ruggeri (44), quienes utilizaban un local de peluquería como soporte para captar clientes.
Según la investigación, los imputados desplegaron maniobras engañosas desde abril de 2023 hasta septiembre de 2024, logrando que las víctimas realizaran disposiciones patrimoniales mediante dinero en efectivo y transferencias bancarias, tanto en pesos como en dólares. Las promesas de intereses de 18 %, 20 % y hasta 30 % seducían a los inversores, quienes confiaban en la solvencia que aparentaba el comercio de alta costura.
La fiscal explicó que Tedesco se aprovechaba de la confianza generada por su actividad comercial, mientras que Juncos y Ruggeri colaboraban en la recepción y administración del dinero. Mestre también participó de las maniobras con los fondos. El comercio exhibía vestidos de fiesta y fotos con personalidades conocidas, buscando darle respaldo al relato de solvencia económica.
Con el tiempo, algunos de los cómplices también resultaron damnificados, al caer el esquema piramidal. El juez Hernán Postma dispuso la libertad de los cuatro imputados con cumplimiento de ciertas reglas, mientras continúa la investigación judicial.
La fiscal Granato detalló que los acusados crearon incluso una segunda oficina en Italia al 800, separando la operatoria de la atención al público del comercio habitual. Así, buscaban maximizar la captación de inversores y mantener la apariencia de normalidad en el local de alta costura.
El caso deja en evidencia cómo la combinación de moda, cercanía personal y promesas de ganancias rápidas puede convertirse en un riesgo para quienes confían en esquemas financieros poco transparentes.
Con información de: lacapital.com.ar