Fin del abandono: Nación restaurará la mansión de Laprida y Santa Fe

En una de las esquinas más emblemáticas del casco histórico de Rosario, el tiempo parecía haberse detenido, pero no de la manera en que se preserva un museo, sino bajo la sombra del deterioro. La casona señorial de Laprida 708, ubicada estratégicamente frente a la Plaza 25 de Mayo, lleva diez años con las persianas bajas. Sin embargo, tras una década de incertidumbre, proyectos fallidos e intrusiones, el inmueble tiene finalmente un nuevo destino confirmado.

Fuentes del gobierno nacional revelaron que la propiedad no será privatizada ni concesionada, como se intentó sin éxito en el inicio de la gestión actual. La Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) cederá el uso del inmueble a la Agencia Nacional de Puertos y Navegación (Anpyn), ente que se encargará de su restauración y puesta a punto para uso administrativo.

Un cambio de rumbo tras intentos fallidos

La recuperación del inmueble llega luego de que el mercado privado le diera la espalda a la posibilidad de una concesión. "Este gobierno recibió la casa en muy mal estado. Tanto es así que se intentó concesionarla y nadie estuvo interesado", admitió una fuente oficial.

Ante la falta de oferentes y el riesgo patrimonial creciente, la Anpyn solicitó el edificio. Este organismo autárquico —que absorbió responsabilidades de la antigua Administración General de Puertos—, busca establecer allí una sede operativa vinculada al control de la Hidrovía Paraná-Paraguay, devolviendo al edificio una función ligada a la identidad portuaria de la ciudad.

Una joya arquitectónica de 1931

Más allá de su función administrativa, la recuperación de la casona es una noticia de alto impacto urbanístico. Con 1.504 metros cuadrados cubiertos, el edificio es un testigo privilegiado de la historia rosarina.

Fue construido en 1931 por los arquitectos José Garbino y Leopoldo Schwartz, la misma dupla responsable de la ampliación de la Catedral Metropolitana y del Museo de Arte Decorativo (Firma y Odilo Estévez). Originalmente, sirvió como residencia de la familia de Juan Bautista Aliau y Germana Rouillon Vierci, apellidos ligados a la élite política y social de la época.

A diferencia de otras residencias burguesas de la zona (como las de las familias Tiscornia o Uranga) que fueron demolidas durante el siglo XX, esta finca logró protección patrimonial, salvándose de la picota, pero cayendo en la desidia burocrática.

El último eslabón de la renovación histórica

La noticia de la reactivación ha sido bien recibida en el Palacio de los Leones. El municipio de Rosario viene de realizar una fuerte inversión en la zona en el marco del tricentenario de la ciudad, con la remodelación de la Plaza 25 de Mayo, el Pasaje Juramento y la Catedral.

La casona de Laprida y Santa Fe permanecía como una "cicatriz" en un entorno renovado. Su puesta en valor, sumada a la actividad del Correo Central, promete consolidar la revitalización del área donde nació Rosario, cerrando una deuda pendiente con el patrimonio local.