Llumá: "Haber asumido la normalización del diálogo con las barras bravas es inadmisible"

El Ministerio de Seguridad de Santa Fe, encabezó ayer dos inspecciones de seguridad preventiva y acciones anti-barrabrava en los estadios Gigante de Arroyito (CARC) y Marcelo Bielsa (CANOB).

Los procedimientos fueron acompañados por el Grupo de Operaciones Tácticas (GOT) de la Dirección General de Seguridad Rural “Los Pumas” y por la Policía de Acción Táctica (PAT) con motivo del inminente regreso de público a los estadios, por una parte, y de la necesidad de disuadir avances coercitivos de las barrabravas en la vida institucional de los clubes, por otro.

Durante la inspección al club Newell’s Old Boys, las autoridades procedieron a neutralizar una “sala-búnker” fortificada que la barrabrava tenía dentro del estadio. Esta instalación, ubicada frente a la herrería del club se trataba de una cámara blindada por una serie de puertas de hierro de varias cerraduras de alta seguridad cada una y una alarma interna con clave digital. Las llaves y la clave de la alarma obraban solamente en poder de la barrabrava, por lo que fue necesario disponer de herramientas neumáticas para demolerla.

“La barrabrava no es otra cosa que un mecanismo patoteril de extorsión, cubierto a veces por valores y retoricas de valores festivos. No es otra cosa que ver de qué manera con la venta de entradas, trapitos, choripanes, indumentaria, etc, se genera una renta”, reflexionó al respecto el subsecretario de Seguridad Preventiva del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, Diego Llumá, en diálogo con CNN Radio Rosario.

“Lo que había era el depósito en si, como una sala blindada con alarma digital y bajo siete llaves que solo poseía la barra brava. Cuando hicimos las inspecciones antes de cada partido, la división de explosivos fajó este lugar que consiste en tierra expropiada al club y a los socios y se estableció una restricción al ejercicio de las obligaciones de seguridad pública que es inadmisible. Haber asumido la normalización del diálogo con la barra es inentendible”, detalló Llumá.

“Cuando uno registra a las barras como interlocutor siempre termina de la misma manera. Tenemos antecedentes muy contundentes, cuando se le validó a la barra que seleccione su sector en los parrilleros y el jefe de la barra fue asesinado en la vereda”, agregó Llumá.

Por consiguiente, analizó: “La investigación criminal tiene que tender puentes para entender las estructuras y los funcionamientos. Tenemos que hacer una ratificación rotunda del imperio de la ley. Nos encontramos un bunker blindado que cuando la seguridad del club identificó quien tenía las llaves, se la negó a la autoridad policial. Astore entiende perfectamente estas lógicas y las acompaña al igual que toda la comisión directiva. No era admisible que hubiera un bunker blindado al que no pudiera tener acceso la policía. La puerta blindada era símbolo del atropello de los violentos contra la vida institucional del club”.

Por otro lado, una vez finalizado su trabajo en el Parque Independencia, las autoridades se trasladaron hasta Arroyito para hacer lo propio en Rosario Central. En el lugar, el Ministerio instruyó al club el imperativo de “remover antes del 1° de octubre la pintada ubicada detrás de uno de los arcos con la consigna “los Guerreros” referencia a la barrabrava de Rosario Central”; y “la estructura de caños que ocupa la parte superior de la popular”. La notificación oficial señala que “ese vestigio de lo que fueron cabinas de transmisión durante el Campeonato Mundial de 1978, hoy supone un riesgo a la seguridad y salud de las personas que de manera sistemática se trepan a la misma” Y además señala que esta estructura es la base de una liturgia de validación social inadmisible de la barrabrava”.

Además, la inspección de seguridad preventiva ordenó al club remover de inmediato “toda pertenencia que pudiera haber de la barrabrava y pudiera estar acopiada dentro del club”. Todo objeto hallado en los depósitos blindados fue identificado con un número y los representantes del club se hicieron responsables de la propiedad de los mismos y se comprometieron a sacarlos del club.

“El eje de cómo tenemos que hacer bien las cosas es partiendo de nuestra acción preventiva que trabaja codo a codo con la Agencia de Investigación Criminal y esto es muy importante. Porque si bien esto no se ve, si se refleja cuando hacemos intervenciones como las de ayer. Las investigaciones están en curso permanentemente y se originan por diversos motivos”, argumentó Llumá.

Al mismo tiempo, el subsecretario de Seguridad Preventiva “El plan específico de refuerzo federal para las investigaciones judiciales. El Gobierno Nacional ha recuperado el interés estratégico y la jerarquización del problema que tenemos en Santa Fe y creemos que esos nuevos aires le van a dar un brío especial a las investigaciones y un respaldo a la policía para ser más firmes, rotundos enérgicos y eficaces en la tarea contra la criminalidad organizada”.

Finalmente, Llumá, reflexionó: “Están dadas las condiciones para que en conjunto los clubes, la Municipalidad y el Ministerio de Seguridad establezcamos que la prioridad tiene que ser el orden legal y no las situaciones de facto en el que las barras se apropien de los clubes”.