Consultado sobre la posibilidad de que ambos profesionales -un rosarino de 37 años y un venadense de 46- sean juzgados por un tribunal integrado por vecinos y vecinas, Herrera anticipó que “ese tratamiento puede ser aplicado a requerimiento de la víctima -que en este caso no está muy claro quién sería- o a pedido del procurador del Tribunal de Faltas, quien ante esta falta grave contaría con todos los elementos para solicitar un juicio por jurados, por lo cual es muy probable que pida esa modalidad de juzgamiento”.
Rosario y la región
Los arquitectos de la fiesta en una obra en construcción serían juzgados por un jurado vecinal
Los dos arquitectos de un estudio rosarino que organizaron una multitudinaria fiesta clandestina en la obra en construcción de un edificio del macrocentro de la ciudad recibirán a priori el máximo de la multa establecida por la ordenanza que sanciona esta falta grave –más de cuatro millones y medio de pesos– y, posiblemente, sean juzgados por un jurado popular integrado por vecinos y vecinas, según anticipó ayer el secretario de Control y Convivencia, Diego Herrera.
“La multa sería el máximo contemplado por la ordenanza porque la falta cometida reúne todos los agravantes posibles”, advirtió el funcionario municipal sobre el atípico festejo que el sábado a la noche reunió a unas 220 personas en el segundo piso de la obra en construcción de un coqueto edificio situado en Balcarce 129, que fue desarticulado por inspectores de la Secretaría de Control y Convivencia y efectivos de la Policía Motorizada, ante los numerosos llamados de los vecinos, molestos y alarmados por el volumen de la música.
En este punto, un experimentado arquitecto rosarino abundó sobre la llamativa reunión consultado por este medio que “es habitual que los estudios o las empresas constructoras organicen un brindis o un ágape en un edificio o condominio en construcción para mostrar la obra y ofrecerla a sus clientes, pero siempre se trata de una reunión muy tranquila, con otro perfil, que no tiene nada que ver con esta fiesta para más de 200 personas en un lugar que tiene demasiados riesgos”.
Fiesta clandestina Vip
El segundo piso del elegante edificio de Balcarce 129 se transformó el sábado a la noche en una virtual discoteca, donde unos 220 invitados de altos ingresos bailaban y bebían en dos barras de tragos, que contaban además con una chopera, al ritmo de la música que atronaba en ese zona del macrocentro cercana al río hasta que los vecinos llamaron al 911 y a Control y Convivencia, y debieron marcharse “con la música a otra parte”.
Requerido sobre si en la Secretaría de Control y Convivencia registran antecedentes de una fiesta clandestina organizada en una obra en construcción, Herrera confió que “en absoluto, he visto de todo: fiestas clandestinas en paradores de la isla, en casas quinta, en Fisherton, en Funes, en otros barrios, pero una fiesta así en una obra en construcción no había visto nunca”.
Fuente: Diario La Capital