Rosario y la región

Matrimonio igualitario: Natalia y Analía cuentan su historia de lucha y amor

A 12 años de la sanción de esta ley que representó una larga lucha por los derechos, la igualdad y la naturalización de la diversidad, dos protagonistas relatan sus vivencias
Por Telefe Rosario

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Rosario y la región: Matrimonio igualitario: Natalia y Analía cuentan su historia de lucha y amor

La posibilidad que dos personas del mismo género se unan en matrimonio se estableció el
15 de julio de 2010 cuando fue sancionada la ley 22.618, hasta entonces las parejas igualitarias no contaban con reconocimiento formal o legal.
Este derecho fue clave para aquellas parejas del mismo sexo que querían celebrar un matrimonio en igualdad de condiciones, tal como les sucedió a Natalia y Analía, quienes junto a su pequeño Kurmi contaron su historia de amor en Pantalla Completa - el nuevo ciclo que se emite por Telefe-.
“Nos casamos hace unos seis años, pero nos conocimos hace nueve años, trabajábamos en el mismo lugar. Para nosotras el matrimonio igualitario fue un antes y un después, una lucha por nuestros derechos”, contó Natalia y agregó: “Veo las imágenes de aquella época y todavía me emociono, era de noche, hacía mucho frío yo estaba trabajando y mi papá del otro lado del teléfono me iba diciendo como venía la votación. Cuando se sancionó fue una fiesta, por fin estábamos en el mapa y nos iban a reconocer. Fue el puntapié inicial de muchos más derechos que después fueron viniendo”.

Por su parte Analía contó que en un principio si bien celebró la noticia, para ella las cosas no fueron tan fáciles. “En ese momento me llamaron mis amigas para felicitarme. Pero yo no había salido del closet. Si bien la ley estaba sancionada, había que salir y animarse contarlo. Mi principal impedimento era mi familia, tradicional y muy heteronorma. Hasta el casamiento mi mamá y mis hermanos fueron, mi papá fue otra historia, costo, fue todo un proceso”.

A los dos años de casadas, Analía fue la mamá gestante. “Ahí fue cuando le cayó la ficha a mi papá. Dijo yo no me puedo perder a mi nieto, ahí fue el cambio, se sacó los prejuicios que tenía en la cabeza y así comenzó a disfrutar”, concluyó.