Rosario y la región

Sin techo: sobrevivir en las calles de Rosario

El informe de Gabriela Peralta en El Noticiero de la Gente dio cuenta que en la ciudad hay unas 500 personas sin techo, que viven en la calle. Historias de vida de quienes se encuentran en esa situación.
Por Telefe Rosario

Rosario y la región: Sin techo: sobrevivir en las calles de Rosario

Cada vez más jóvenes y cada vez más viciados por el consumo problemático de sustancias, son también cada vez más visibles. En una ciudad que se agiganta hasta tocar el cielo, tiene en sus cimientos una base de exclusión.

Hoy se contabilizan unas 500 personas sin techo, que viven en la calle. Y quizás también puedan morir allí.

Leandro, tiene 36 años y es adicto en recuperación. Pasó 17 años, casi la mitad de su vida viviendo en la calle. “Lo peor que me pudo haber pasado es que intenten quitarte la vida cuando estas dormido. Por querer sacarte lo poco que tenés. También ver la muerte de gente amiga y despertarte y verlo así, sin vida, son cosas que te marcan”.

Además, reconoce “haber estado más de una vez cerca de esa situación”.

El común denominador es el dolor. Todos y cada uno en algún momento se encontraron solos sin una referencia y nada que los ate a un lugar. Entre ellos, hay quienes fueron “salvados” gracias a hogares como el “Santa Josefina Bakhita”.

Roberto Baigorri, director del hogar señaló que entre esos casos hay un joven que está con ellos desde 1998. “En 1978 fue traído de la ciudad de Santa Fe por la ambulancia de la coordinadora de hospitales y fue dejado en la Colonia de Oliveros. Sin ningún otro dato porque investigué, inclusive con los capellanes que tuvo la colonia y en el libre sólo dice ‘ingresa un masculino, traído por la ambulancia de la coordinadora de hospitales de Santa Fe’. El nombre lo inventamos, y también lo documentamos, la edad es la que calculó el forense, 66 años”, relató.

Lo peor de ser un sin techo es lo ‘indecible’, aquello que saben y callan y que tuvieron al cielo como único confidente. Por eso cada vez son más los espacios que abren sus puertas.

Eduardo, tiene 52 años y lleva 2 durmiendo en la calle: “Estoy acá hace 7 meses. Este lugar me da contención, donde puedo dormir, desayunar, alimentar. Tengo HIV y me enfermé hace poco por problema de adicciones. Mi señora falleció, y estoy un poco triste, pero el lugar acá es lindo, donde estoy contenido y medicado”, comentó.

“Quiero trabajar, quiero hacer algo, estoy cansado de estar acá y no hacer nada, soy joven, tengo 52 años y toda mi vida trabajé”, agregó y seguido sostuvo: “El trabajo me va a dar salud”.

Matías, por su parte, tiene 26 años, es adicto en recuperación, padece esquizofrenia y hace 2 meses que vive en el Refugio Municipal. Sin este espacio, reconoció que estaría muerto, en la calle o en un hospital. Yon sumía y mi hermano me decía ‘seguí así y vas a terminar muerto’”.

Las adicciones son el factor por el cual se ha incrementado el número de personas sin techo. Después de mucho vagar por las calles, la mayoría es captado por alguno de los 6 centros de contención permanente con los que cuenta Rosario. Pero lo difícil es que permanezcan.

Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo Humano y Hábitat de la Municipal, señaló: “Lo más complicado es dar esperanza, que se puede revertir la situación. Percibimos eso, la falta de esperanza, pero hemos logrado un equipo de trabajo que acompaña y ha permitido dar vuelta muchas historias, y lograr la reinserción. El objetivo es ampliar la red que tenemos, que están a cargo de las organizaciones sociales y que no haya nadie que esté en la calle y no tenga un lugar para pedir ayuda”.

500 personas sin techo hay dispersas en la ciudad. Durante el día caminan las calles en busca de alimentos, trabajo o lo que sea, por las noches los albergues, los hogares y el asistencialismo les permiten un descanso en el camino frenético hacia un nuevo día. El único horizonte es pensar en un futuro.