Rosario y la región
“Una pena de 18 años no compensa el daño”: el reclamo del padre tras la tragedia vial que mató a madre e hija en la costanera
El hecho ocurrió en enero en la costanera central de Rosario, cuando Agustín López Gagliasso embistió a alta velocidad a una mujer y a su hija adolescente, ambas turistas cordobesas, que esperaban para cruzar en un semáforo peatonal.
El conductor circulaba a más de 120 kilómetros por hora, el doble de lo permitido. El joven se encuentra detenido desde el 21 de enero y afronta un juicio oral con un pedido de 18 años de prisión por parte de la fiscalía. El caso, que conmovió a todo el país, avanza en los tribunales locales.
Diego, habló públicamente y manifestó su mezcla de resignación y dolor. Aunque consideró que la Justicia actuó con rapidez, remarcó que una pena de 18 años no compensa el daño causado: “Me hubiera gustado que le den los 25 años que establece el Código Penal”, expresó. A pesar de su conformidad parcial con el pedido fiscal, sostuvo que acompañará todo el juicio de cerca y no descansará hasta que se cumpla la condena en su totalidad.
Además, criticó la inhabilitación para conducir impuesta al acusado por 10 años, señalando que resulta absurda frente a una condena de prisión mucho mayor: “¿Cómo le van a impedir manejar si va a estar preso 18 años? No tiene sentido”.
Diego relató cómo intenta seguir adelante junto a su pequeña hija y el acompañamiento constante de las abuelas maternas, quienes se mudaron con él para ayudar en la crianza: “Él ese día arruinó una familia entera. Por donde se lo mire, el daño fue enorme”, expresó.
Conmovido, recordó también que su hija estaba trabajando en un proyecto de educación vial para escuelas, una iniciativa que ahora él desea impulsar: “Hay que volver a enseñar a los chicos lo que significa manejar un auto, el respeto a la vida de los demás. A esa velocidad, un auto es un arma letal”.
Finalmente, dejó un mensaje directo a quienes conducen sin conciencia: “Los jóvenes tienen que saber que estos actos tienen consecuencias. Ya no se puede seguir mirando para otro lado. Las penas tienen que ser reales, duras, ejemplares”.