Los directivos de Central están evaluando apelar la sanción impuesta por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) debido a los incidentes ocurridos durante el partido por la Copa Libertadores ante Peñarol. En el encuentro, se registraron agresiones físicas a Maximiliano Olivera, jugador del equipo de Uruguay y, durante la previa, un grupo de hinchas lanzó vallas de contención desde la tribuna superior hacia abajo, donde se ubicaba la parcialidad de Peñarol. La sanción implica jugar el próximo partido contra Atlético Mineiro a puertas cerradas y, para el siguiente encuentro contra Caracas, con suspensión total de la cabecera sur, que únicamente tendrá hinchas visitantes.
La dirigencia auriazul tiene un plazo de siete días corridos para presentar la apelación, en la que los canallas podrían intentar un levantamiento o morigeración de la pena sólo en lo relativo a la sanción que compete al estadio, lo que le permitiría -al menos- la presencia parcial del público en el estadio. Las sanciones económicas que recibió el club y el presidente, Gonzalo Belloso, no son apelables.
Lo que se procura a través de la apelación es reducir el impacto de la sanción, para lo cual Central se está asesorando legalmente. Una vez presentada, se espera que Conmebol se pronuncie de manera definitiva en un plazo breve, posiblemente en el mismo día o dentro de las 24 horas siguientes a la presentación del escrito.
La sanción ha generado preocupación en Central, especialmente debido a la importancia del próximo partido contra Atlético Mineiro, considerado el rival más difícil del grupo. En caso de que la apelación sea rechazada, la dirigencia buscará opciones para compensar a los socios que adquirieron abonos para los partidos de local en la fase de grupos.
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