"Mejorar la calidad de las alas": El conmovedor manifiesto de Fito Páez para abrazar el 2026

En las vísperas de un nuevo ciclo, cuando el balance anual suele dar paso a la incertidumbre del futuro,  Fito Páez decidió alzar la voz. A través de sus redes sociales, el trovador rosarino compartió este miércoles un escrito visceral, una hoja de ruta emocional para recibir el 2026 con el espíritu en alto, pese a las adversidades.
Lejos de los saludos protocolares, Páez eligió la profundidad de la reflexión. Su mensaje es claro y contundente: "Es tiempo de resistir". Pero no se trata de una resistencia desde la violencia, sino desde la vitalidad. Frente a quienes intentan "aniquilar la solidaridad, la inteligencia y la alegría", el músico propone la creación artística y el amor como trincheras innegociables.
 

Entre el tango y la esperanza
 

Con la agudeza que lo caracteriza, Fito traza un paralelismo entre la actualidad argentina y la visión apocalíptica de Enrique Santos Discépolo. El autor de El amor después del amor admite que hoy nadie podría refutar la sentencia del tango Cambalache: "El mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el 510 y en el 2000 también".
Sin embargo, Páez se niega a que ese diagnóstico se convierta en una parálisis. Asegura que esa "verdad inmanente e implacable" no logra quitarle el "ánimo para continuar ensayando, componiendo, escribiendo y explorando caminos". Es allí donde radica su propuesta: en la acción creativa como respuesta al vacío.
"La risa y la creación son los mecanismos que el fascismo no está preparado para detener", sentencia el músico, marcando una línea ética frente a la deshumanización. Para Fito, la salida es colectiva: es urgente "crear otras formas de vivir en tribu, de maneras más amables y dignas para todos".
 

Volar más alto

En uno de los pasajes más poéticos del texto, Páez cuestiona la enseñanza clásica del mito de Ícaro, aquel que advertía sobre los peligros de volar demasiado cerca del sol. El rosarino rechaza el miedo a la caída y lanza una invitación audaz para el año que comienza: "Propongo mejorar la calidad de las alas. Hacerlas más fuertes y resistentes".
Para Fito, el 2026 no debe ser un año de cautela, sino de altura. "Hay que volar lo más alto posible", concluye, regalándonos un último deseo de felicidad y fortaleza.

A continuación, la carta completa publicada por el artista

Hace 1550 años se derrumbaba el sector occidental del Imperio Romano. Fue en el cenit de su decadencia. En pleno éxtasis de los caprichos imperiales, con un senado corrupto y un pueblo enloquecido y diezmado que solo reclamaba "pan y circo".
Cuando pienso en Cambalache no puedo dejar de asombrarme por su capacidad de transmitir con total claridad esa fiereza atávica, ese axioma inapelable: "El mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el 510 y en el 2000 también...".
¿Alguien se animaría a refutar a Enrique Santos Discépolo en la República Argentina de estos días? ¿Alguien negaría estar formando parte del fast food que nutre el estómago de la anaconda virtual de las redes sociales, que anula todo tipo de sensorialidad detrás de la máscara de la democratización tecnológica?
Aquí vivimos hoy.
"En el mismo lodo, todos manoseaos".
escribia Discepolín allá por 1934.
Las comparaciones son odiosas. No siempre.
Carpe diem.
Esta verdad inmanente e implacable no me impide seguir amando. Tampoco me quita ánimo para seguir estudiando, ensayando, componiendo, escribiendo y explorando caminos que aún no conozco. La risa y la creación son los mecanismos que el fascismo no está preparado para detener. Es fiempo de resistir. Bajo cualquier circunstancia.
Siempre son tiempos de resistir a la puesta en escena de cualquier organismo que intente aniquilar lo mejor de nuestras vidas: la solidaridad, el amor, la inteligencia, los cuerpos, el espíritu crítico y la alegría. Hay que crear otras formas de vivir en tribu, de maneras más amables y dignas para todos.
El mundo cambió. Siempre lo hizo.
Nunca me gustó el mensaje del mito griego sobre el vuelo de Ícaro: "No vueles tan alto porque el sol va a quemar tus alas, caerás al mar y morirás ahogado".
Propongo mejorar la calidad de las alas. Hacerlas más fuertes y resistentes. Hay que volar lo más alto posible.
 

¡Feliz 2026!
FITO PÁEZ
31.12.15