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Condenaron a 8 de prisión a un policía por matar a un joven de 20 años en el año 2013
El policía Raúl Anzoategui fue condenado ayer a 8 años de prisión por el crimen de Gustavo Lares, un joven de 20 años baleado por la espalda en 2013.
Para la acusación fue un caso de gatillo fácil; para la defensa un enfrentamiento. Los jueces se inclinaron por otra opción y condenaron al efectivo por homicidio culposo (sin intención) porque la bala rebotó antes de alcanzar a la víctima. Pero también consideraron probado que hubo maniobras de ocultamiento y se falseó el acta para presentar una versión distorsionada de los hechos.
Anzoategui, de 49 años, fue condenado por homicidio culposo y falsedad ideológica. Pero fue absuelto por el beneficio de la duda sobre la figura más grave que le reprochaban: homicidio agravado por su función policial, que prevé prisión perpetua.
El fallo de los jueces Ismael Manfrin, Edgardo Fertitta y Marisol Usandizaga, cuyos fundamentos se conocerán el 29 de diciembre, se leyó ayer en presencia de familiares de la víctima y del acusado.
El 6 de junio de 2013, cerca de las 10, la policía allanó la casa de Lares en Empalme Graneros en busca de uno de sus hermanos y de armas. No hallaron nada. Gustavo, que había tenido conflictos con la seccional 20ª, huyó por los techos y lo siguieron en dos patrulleros. En uno iban el cabo Claudio R. y Anzoategui.
El joven saltó un tapial y entró a una casa donde quiso tomar a un niño como rehén y se peleó con los tíos, quienes declararon en el juicio que no le vieron arma. El chico siguió su huida y se metió en el arroyo Ludueña, donde terminó muerto de un balazo en la nuca.
El acta policial refirió un enfrentamiento y consignó el hallazgo, bajo el cuerpo del joven, de un revólver Bersa calibre 22 largo que según la pericia balística no tenía aptitud para el disparo. Para la fiscalía y la querella el arma fue plantada para amparar la versión policial. Los defensores Sergio Casas y Cristian Anderson plantean que Lares disparó pero el arma se trabó durante la pericia y que no se probó cuál de los dos policías hizo el disparo letal. El cabo R. admitió haber disparado y si bien fue sobreseído por el crimen quedó procesado por la falsedad.
En tanto los abogados del Centro de Asistencia Judicial (CAJ) que actuaron como querellantes, Valentín Hereñú y Natalia Pagura, consideraron "importante que hubo una condena" pero evalúan apelar porque difieren con la calificación legal. "Siempre planteamos que fue un homicidio calificado. De todos modos es un fallo importante porque se condenó a un policía, se reconoció la falsedad, que el arma fue plantada y que se armó una escena.
Los familiares del policía Raúl Anzoategui cuestionaron el fallo y remarcaron su inocencia: "Yo sola con mis dos hijas estoy pasando por esto. Nadie me dio una mano en dos años y medio. Las pruebas no daban para condenarlo pero era políticamente incorrecto no condenarlo", evaluó la esposa del suboficial, Carina.
(Fuente: La Capital)
22/12/2016