El caso Renna, una de las tantas historias trágicas en la autopista más insegura del país

En pocos días se cumplirán 11 años de uno de los tantos sucesos trágicos provocados por la inseguridad sin solución que reina en el acceso a Rosario de la autopista a Córdoba. Como si se hubiera escrito para el guión de una película dramática, se lo conoció en sus días como “el caso Renna”.

Lucas Manuel Renna tenía 28 años cuando murió. Era ingeniero electrónico y se había casado hacía poco con Julieta, con quien vivía en Roldán. No tenían hijos. En la noche del 18 de abril de 2011 volvían a su casa por la autopista Rosario-Córdoba cuando unos metros después de trasponer el puente de calle Wilde se pinchó un neumático del Ford Fiesta en el que viajaban.

De inmediato Lucas cayó en la cuenta de que no tenía un gato para cambiar el neumático. Y supo también que permanecer mucho tiempo en ese lugar era riesgoso. De inmediato llamó a su padre, Oscar, para que lo auxiliara.

En momentos en que se disponían a cambiar la rueda llegaron dos personas, una armada, con fines de robo. Oscar no se quedó quieto: fue hasta su camioneta y se hizo de un arma con la que intentó alejarlos. Uno de los hombres tomó a Lucas de escudo humano y disparó. Renna respondió con su pistola Ballester Molina calibre 11.25.

Las pericias posteriores confirmaron que ese mismo disparo de Oscar Renna mató al delincuente, identificado como Ricardo Castaño, y a su propio hijo, quien murió en el acto.

Casi un año después de esa trágica noche, Oscar Renna fue sobreseído al entender la Justicia que ante la muerte del asaltante actuó en legítima defensa, y en el caso de Lucas se dio lugar a la figura de la “pena natural” porque se considera que haber matado a su propio hijo resulta un hecho mortificante e irreparable.