Rosario y la región
Mató a su ex pareja, quiso hacerlo pasar como suicidio y piden prisión perpetua
El tribunal integrado por los jueces José Luis Suárez, Hebe Marcogliese y María Trinidad Chiabrera está encargado de juzgar la conducta de Gerardo Ariel Nievas, acusado de haber matado a la madre de sus hijos y querer hacerlo pasar por un suicidio, en un aberrante hecho ocurrido en barrio Empalme Graneros.
Noelia Elizabeth García tenía 29 años y 6 hijos, tres de ellos con Gerardo Ariel Nievas, cuando la madrugada del 23 de octubre de 2018 murió asfixiada en una casa de Juan B. Justo al 5800. Luego de una relación de más de 7 años con el imputado, se había mudado a Buenos Aires y formado una nueva familia.
Según la teoría presentada por el fiscal Gastón Ávila, tanto durante la relación como cuando ya estaban separados, el vínculo estuvo signado por la violencia de género física y psicológica que Nievas ejercía sobre García.
Noelia era de la ciudad bonaerense de Monte Grande y en 2009 se mudó a Rosario para empezar una convivencia con Nievas. La pareja tuvo tres hijos. En 2014, Noelia pidió una exclusión de hogar y se volvió a la provincia de Buenos Aires. Con el tiempo, Gerardo trajo a sus hijos a vivir con él y Noelia viajaba para visitarlos.
La madrugada en la que murió, Noelia se había quedado a dormir en la casa de su ex pareja. Nievas se habría enterado que ella se quería llevar a sus hijos con su nueva familia y decidió estrangularla con un cable, mientras la sofocaba con una frazada para que no se escucharan sus gritos. Luego, para tratar de quedar impune, dijo que Noelia se había suicidado.
El fiscal Ávila aseguró que las pruebas no dejan dudas de que se trató de un femicidio. La principal es el testimonio de una de las hijas de Noelia, quien aquella madrugada se despertó por los ruidos y vio cómo mataban a su madre. Al concluir, calificó el hecho como homicidio doblemente agravado, por el vínculo y por mediar violencia de género, y pidió al tribunal que condene a Nievas a prisión perpetua.
Por su parte, la defensora María Eugenia Carbone buscó desvincular al acusado alegando que aquella noche se encargó de llamar al Sies y buscar ayuda con su hermano y su madre para que atendieran a Noelia, estuvo presente cuando llegó la policía y fue quien les explicó lo sucedido. En los días posteriores se encargó de buscar asistencia profesional para los niños y siempre estuvo a disposición de la justicia.
Además, Carbone cuestionó cómo podía ser que, en tal contexto, la víctima eligiera quedarse en lo de Nievas cuando podría haberse quedado con cualquier otro conocido o familiar, a lo que Nievas no se oponía porque quería fomentar la buena relación de sus hijos con su madre.
Finalmente, Carbone trató de deslegitimar la principal prueba testimonial diciendo que el acusado no tenía buena relación con aquella niña que no era su hija y recordando que él, desde un principio, mantuvo la misma versión de los hechos, declarándose inocente, por lo que solicitó al tribunal su absolución.