Vecinos de zona norte denuncian nuevas picadas cerca del Hospital de Niños
Vecinos denuncian que motos y autos realizan picadas y maniobras peligrosas en el circuito de manejo, los fines de semana durante la tarde y madrugada. Reclaman presencia sostenida de controles, especialmente porque en el área funciona un hospital y un internado.
Por canal5 canal5
Rosario y la región: Vecinos de zona norte denuncian nuevas picadas cerca del Hospital de Niños
En los últimos meses se logró controlar la actividad ilegal en las inmediaciones del puente Rosario–Victoria —donde se habían colocado lomas de burro, “serruchitos” y otras medidas para desactivar las corridas—, ahora los vecinos advierten que la problemática se trasladó a otro sector del mismo corredor.
Según relatan quienes viven y trabajan allí, el fenómeno se intensifica especialmente los sábados y domingos, tanto por la tarde como entrada la madrugada. “Mayormente los fines de semana vienen a correr picadas y a hacer wheelies. El problema es que acá hay un hospital, un internado, y es imposible con el ruido. A las dos o tres de la mañana siguen acelerando”, contó una vecina visiblemente cansada.
La situación no solo genera molestias: también implica riesgos. El lugar suele ser usado por familias que se acercan a pasar la tarde o por jóvenes que están aprendiendo a manejar. “Es un espacio para que los chicos practiquen. Imaginate lo que es tener 50 motos pasando a fondo, haciendo cortes, cuando hay gente alrededor. Se vuelve peligroso”, agregó otro vecino.
Aseguran que, si bien en ocasiones llegan móviles de control, su presencia dura apenas unos minutos. “A veces vienen, se quedan un ratito y todos se van. Pero apenas los controles se retiran, las motos vuelven. Es siempre lo mismo”, explicó un vecino de la zona.
Por eso el pedido es concreto: controles estables y no esporádicos. “Necesitamos que los fines de semana haya un puesto fijo en la barrera y que se queden toda la tarde. Solo así esto va a dejar de pasar”, reclamaron.
Mientras tanto, la preocupación crece: los vecinos temen que el traslado de las picadas, antes limitadas al puente, ahora convierta esta zona en un nuevo punto crítico de ruido, peligro y descontrol.