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Santa Fe construye ‘El Infierno’, el penal más seguro de su historia
Santa Fe avanza con la construcción del penal más seguro de su historia, diseñado exclusivamente para alojar a narcos, sicarios y presos de alto perfil. Con capacidad para 1.152 internos y celdas individuales irrompibles, el complejo busca cortar definitivamente el vínculo entre las organizaciones criminales y sus líderes encarcelados. La obra estará finalizada en septiembre de 2026
Entre las rutas A012 y A14 se levanta lo que las autoridades ya denominan “el infierno”, un complejo penitenciario destinado a contener a los detenidos más peligrosos de la provincia. El establecimiento contará con cuatro módulos independientes, uno de ellos para mujeres, y una capacidad total de 1.152 plazas, aunque en la etapa inicial se ocupará aproximadamente el 60%.
La estructura está compuesta por paneles premoldeados de hormigón armado con refuerzos metálicos, un sistema que garantiza un bloque edilicio hermético, seguro y resistente a cualquier tipo de daño.
Cada celda está diseñada para alojar a una sola persona y tiene una superficie aproximada de 7 metros cuadrados. Incluye: cama de una sola pieza, imposible de desmontar, inodoro y bacha antivandálicos, unidos en un mismo bloque y baño interno para evitar traslados dentro del módulo.
Los reclusos pasarán prácticamente todo el día en sus celdas, con tiempos muy restringidos en patios internos y entre una y dos horas diarias en el patio externo. El diseño edilicio también incorpora muros de seis metros que impiden cualquier contacto visual o verbal entre pisos o módulos.
Las visitas serán uno de los puntos más controlados del nuevo penal. Solo podrán ingresar familiares directos, hasta dos por turno, y todas las comunicaciones se realizarán a través de un blindex, sin contacto físico.
Este sistema ya demostró ser clave para investigaciones sensibles. Las autoridades recordaron que, en el caso de los homicidios de marzo de 2024 en Rosario, el control de visitas fue clave para identificar rápidamente a quien filtraba mensajes desde dentro de otra unidad penitenciaria.
El objetivo es claro: evitar que los reclusos continúen operando estructuras criminales desde la cárcel, algo que históricamente afectó a la provincia.
En la construcción del complejo trabajan seis empresas: cuatro para los módulos, una para el doble muro perimetral y otra para toda la infraestructura general. Cada una emplea alrededor de 160 operarios, lo que convierte al penal en una de las obras más grandes actualmente en ejecución en Santa Fe.
Según lo previsto, “el infierno” estará terminado en septiembre de 2026. Para el gobierno provincial, la obra representa una herramienta estratégica para enfrentar al crimen organizado y garantizar que los reclusos más peligrosos permanezcan completamente aislados del exterior.