Murió Salvador Trapani, un artista que dejó huellas en la escena rosarina

La noticia causó una gran tristeza en la comunidad cultural de Rosario, que lo recuerda como un creador generoso, un clown sensible, un músico con inquietudes y un hombre íntegro, siempre con una sonrisa en el rostro y una mirada llena de picardía, como a punto de soltar una carcajada.

Desde 2024, Trapani venía luchando contra un linfoma no Hodgkin, un cáncer que afecta el sistema linfático y que le obligó a detener su actividad artística por un tiempo. 

Tras dos ciclos de quimioterapia, la enfermedad avanzó y su equipo médico le indicó un tratamiento de última generación con el anticuerpo bioespecífico epcoritamab. La lucha por acceder a esa medicación derivó en una disputa judicial contra Iapos, su obra social, que finalmente fue resuelta a su favor por un juez. Sin embargo, el tiempo no estuvo de su lado.

Actor, clown, músico, luthier y referente de los Excéntricos Musicales del nuevo circo, Salvador Trapani dejó una marca profunda en la cultura rosarina. Su trabajo abarcó teatro, circo contemporáneo y música, siempre con una búsqueda personal que combinaba humor, poesía y sensibilidad.

Formó parte de una generación que llevó los límites de la escena local más allá, creando un lenguaje propio que se apoyaba en el cuerpo, el gesto y el juego. Cada función suya no era solo un espectáculo, sino una invitación al asombro, a la risa compartida y a una manera de estar en el mundo con ternura y compromiso.

En las últimas semanas, su situación de salud se hizo pública a raíz del reclamo por la demora en la autorización del medicamento que le indicaba su médica. 

Este caso volvió a poner en debate la problemática del acceso rápido a tratamientos de alta complejidad y el impacto que generan las demoras administrativas en pacientes con enfermedades graves. Finalmente, la Justicia ordenó la cobertura del fármaco, pero el deterioro ya era profundo.

Despedida a Salvador Trapani

El velorio será este domingo, a partir de las 10, en Caramuto (Córdoba 2936).

Su familia convoca a despedirlo con alegría, como a él le hubiera gustado: celebrando su vida, su obra y la felicidad que supo sembrar en cada escenario.

Salvador Trapani se fue, pero su legado sigue vivo. En la memoria del público, en la risa que aún resuena y en una escena cultural que no sería igual sin su paso.

Con información de: lacapital.com.ar